Ayudar a su hijo a controlar su hipo
Mis hijos adolescentes tienen diabetes tipo 1 y tienen más hipoglucemias a medida que se vuelven más independientes. Los síntomas pueden aparecer rápidamente y hacer que se enojen, pero lograr que tomen jugo o gominolas es una lucha constante. ¿Cómo manejo esto ahora que son mayores?
Los hipopótamos pueden provocar mal genio y un comportamiento obstinado, incluso en una persona que por lo demás es tranquila. Tratar de confrontarlos mientras están en la zona hipo puede dar lugar a discusiones, así que tengo un par de sugerencias para evitarlo. Sin decir una palabra, tome su medidor de glucosa en sangre y configúrelo para que puedan hacerse la prueba ellos mismos. Si no pueden conseguirlo, puedes realizar la prueba. Cuando los números muestran un nivel bajo, les resulta difícil argumentar que no están teniendo un estado hipo.
A veces encuentro que cuando están muy bajos, simplemente no son capaces de armar su kit, hacer una prueba o obtener los alimentos que necesitan para que sus niveles vuelvan a la normalidad. Su cerebro carece de glucosa cuando tienen hipoglucemia, por lo que no piensan con claridad. Por eso tienen poco control sobre su estado de ánimo y se enojan. Una vez que han consumido algunos carbohidratos y se han recuperado, suelen sentirse muy arrepentidos por su comportamiento.
También los alentaría a hablar sobre sus niveles de glucosa en sangre inestables y su hipoconsciencia con un experto, su especialista o un educador en diabetes. A medida que avanzan hacia la edad adulta y asumen la responsabilidad de su propio control de la diabetes, es muy importante que desarrollen una buena relación con sus equipo de salud. Podría ser que sus frecuentes episodios de niveles bajos de glucosa en sangre sean el resultado de una falta de conciencia sobre la hipoglucemia, lo que dificulta tomar medidas preventivas antes de que llegue la hipoglucemia. El equipo de salud de su hijo puede ayudarlo con esto: un plan de acción generalmente puede revertir el problema en un par de meses.
Si sus hijos reciben inyecciones, es posible que le sugieran considerar una bomba de insulina. Desde que mis hijos comenzaron a usar bombas, he descubierto que las oscilaciones en sus BGL son más lentas y mucho más reducidas. Usar un monitor continuo de glucosa, que mide los niveles las 24 horas del día, junto con la bomba es una precaución adicional. No solo se muestra el BGL en la pantalla de la bomba, sino que también pueden activar una alarma para alertarlos si sus niveles exceden o caen por debajo de las medidas preestablecidas o si caen demasiado rápido.
DEJA UN COMENTARIO