Ayudar a mi hijo con diabetes tipo 1 a sentirse "normal" en la escuela
A mi hija le acaban de diagnosticar diabetes tipo 1. Aunque quiero asegurarme de que su afección se controle durante el horario escolar, no quiero que se sienta diferente de los demás niños. ¡Ayuda!
Es realmente difícil enviar a sus hijos a un mundo en el que sabe que dependerán de extraños para ayudarlos a controlar su afección. Eso es algo que yo mismo experimenté, especialmente durante el primer año después del diagnóstico de cada niño. ¡Ya es bastante desalentador descubrir qué deberías hacer, y mucho menos tratar de educar a otra persona!
Para su tranquilidad, es importante tener una línea de comunicación abierta con los maestros de su hija. Tenga la confianza para hablar y decirles cómo le gustaría que se manejara su condición. He aquí un buen ejemplo: mi hijo Charlie, de 15 años, fue recientemente a un campamento de fútbol. Antes de irse, me aseguré de hablar con uno de los adultos a cargo del viaje. Les di instrucciones sobre qué hacer si tenía hipo e incluí un plan de manejo con toda la información importante y números de emergencia. Estar preparado de esta manera es la clave para sentirse más relajado como padre.
En cuanto a querer que su hija sienta que no es diferente de los demás niños de su clase, es un poco más complicado. Es un hecho triste que haya tanto estigma asociado a los niños con diabetes tipo 1. A menudo escucho cosas como: 'La diabetes tipo 1 es ese tipo de diabetes realmente mala' y que 'tomar insulina es una señal de que los niños no están controlando su diabetes'. condición bien '. Como existe mucha ignorancia, creo que la responsabilidad de educar a los demás y de hacer que sus hijos se sientan lo más normales posible recae en los padres.
A veces se burlaban de mi hijo Freddie, de 13 años, en la escuela por tener una bomba de insulina. Los otros niños tiraban del tubo y se burlaban de él. Mi trabajo como padre es capacitar a Fred para que sea consciente de su condición y darle confianza para que se sienta lo suficientemente cómodo como para explicar la diabetes y su bomba de insulina a las personas que lo rodean.
Si nos educamos a nosotros mismos, podremos enseñar mejor a nuestros hijos y, con suerte, con el tiempo, educar a la comunidad y cambiar actitudes para siempre.
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